Carborundum a través de los años

 

El 21 de Septiembre de 1891, Edward Goodrich Acheson fundó Carborundum Company en la ciudad de Monongahela, Pennsylvania, después del descubrimiento del Carburo de Silicio, el primer abrasivo artificial. Este material de origen al inicio de la producción de ruedas abrasivas. Pocos años después, la sede se trasladó a las Cataratas del Niagara, en Nueva York, buscando aprovechar el potencial hidroeléctrico de la región.  Entonces, Carborundum inició su expansión y comenzó con la producción de lijas y abrió su primera oficina internacional en Ontario, Canadá que poseía 400 empleados con una facturación anual de US$ 350.000.

Los años siguientes fueron marcados por la producción de Aloxite, marca registrada para el Óxido de Aluminio y por la inauguración de la primera fábrica en Europa la “Compañía Francesa Aloxite”, subsidiaria británica. Más tarde, con el inicio de la primera Guerra Mundial, creció el número de empleados, que llegó a los 2000 con una facturación anual de US$350000

En 1920 se iniciaron las actividades de la División de Refractarios en Nueva Jersey y siete años después se iniciaron las actividades de la División Global – Resistores eléctricos en las Cataratas del Niágara, seguido de la adquisición de la fábrica de carburo de silicio en Evydehavenen, Noruega, y una fábrica de máquinas rectificadoras en Detroit, Michigan. La cantidad de empleados llegó a los  2500 y una facturación anual de U$S17.5 millones.

Poco después, en 1934, Carborundum inició la producción de piedras utilizando un diamante natural como grano abrasivo y posteriormente, con la adquisición de “Australian Abrasives, Pty. LTd”, en Auburn, Australia, la marca pasó a contar con 4000 empleados y alcanzó una facturación anual de US$ 20 millones. Diez años más tarde, Carborundum recibió un premio de reconocimiento a la excelencia en producción durante la segunda Guerra Mundial y al finalizar otro premio adicional por los sucesivos registros de producción. Entonces Carborundum ya contaba con 6 mil empleados y una facturación anual US$ 52 millones.-

En 1947 se inició el programa de modernización de varias fábricas de la Empresa: Wheatfield, Monofrax, Vancouver y Washington, entre otras. Un año después la compañía se dividió en cuatro grandes rubro: Piedras y Granos Abrasivos, Lijas, Refractarios y Resistores. En 1953 Carborundum llegó a Brasil a través de productos de lijas y piedras y al poco tiempo inauguró fábricas en Puerto Rico, India y Nueva Zelanda. En 1963 se encontraban operativas 60 fábricas en 17 países, como subsidiarias y afiliadas, con grandes inversiones en compras y adquisiciones en el sector de cerámicas técnicas, con 11000 empleados y US$150 millones de facturación.-

La marca estuvo presente en las misiones del programa espacial Apollo, que utilizaron el aislamiento térmico Fiberfrax  y filtros de oxigeno de Carborundum. En 1977 Kennecott Copper Corporation, grupo americano dedicado a la extracción de oro, plata, plomo, zinc, molibdeno, titanio y mayor productor de cobre de Estados Unidos adquirió a Carborundum. En 1981, el grupo petrolífero Standard Oil of Ohio (Sohio) amplió su portfolio de y adquirió Kennecott Corporation, una subsidiario de The Carborundum Company.

En 1984, el brasileiro Luiz F. Kahl asumió la presidencia de la empresa. Tres años después, British Petroleum adquirió Standar Oil y sus subsidiarias, entre ellas, The Carborundum Company. En 1991 se celebró el centenario de la compañía y cuatro años después tuvo su filial en Argentina, comprada por la división de Abrasivos del Grupo Saint-Gobain. Cinco años más tarde, el grupo francés Saint-Gobain compró por completo a The Carborumdum Company

En 1997, Edwar G Acheson fue incluido en el Salón Nacional de la Fama de Inventores, de Estados Unidos. En 2003 fue realizada  una conmemoración del Cincuentenario de Carborundum en Brasili. Dos años después, Carbo como es conocida cariñosamente en el mercado brasilero conquistó la certificación ISO 14001.

       

Conocida por su tradición, Carborundum está cada vez más insertada en sus puntos de venta y en la vida del consumidor. Su reconocimiento, adquirido durante años de actividad, en conjunto con las ideas innovadoras trabajadas en sus centros de investigación, garantizan al consumidor las mejores soluciones de abrasivos.